El fraude fiscal es un delito contra la Hacienda Pública que solo puede ser cometido por quien se encuentra obligado por la norma tributaria, pudiendo ser sujetos activos tanto las personas físicas como las personas jurídicas.
La conducta típica consiste en defraudar, por acción u omisión, a la Hacienda Pública estatal, autonómica, foral o local, eludiendo el pago de tributos, disfrutando indebidamente de beneficios fiscales u obteniendo indebidamente devoluciones. Es imprescindible tener en cuenta que la cantidad defraudada ha de exceder de 120.000 euros para que sea considerado delito.
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